Energía entre piedras e historia medieval

Algunas semanas estoy deseando que llegue el viernes para no moverme de casa, y ralentizar el ritmo. Y luego resulta que se me pasa tan rápido el fin de semana, que tengo la sensación de no haber aprovechado el tiempo disponible lo suficiente… ¿qué es lo que pasa cuando salimos de viaje, por pequeño que sea? Cambia la energía, sin duda. Dejamos atrás lo cotidiano y nos adentramos en el mundo de la curiosidad, cambiando el escenario y el ritmo de nuestra película.

El pasado fin de semana, mientras atravesaba el túnel de Guadarrama hacia Segovia, mi reloj respiraba aliviado, mientras mis pulmones se tomaban su tiempo con cada inspiración. La semana había sido intensa y la ilusión por aires nuevos sirvió de combustible para llegar una hora después a mi destino, la villa medieval de Pedraza. 

Y en cuestión de minutos me vi transportada al siglo XVIII, donde encontré el castillo y la Puerta de la Villa de Pedraza, sus calles empedradas de esas que crees que ya no existen, y un olor a lluvia y leña embriagador… nada podía apetecerme más que alojarme en una casa de tres siglos de antigüedad, adaptada a las comodidades de nuestro tiempo. Y la encontré: La Hospedería de Santo Domingo se encuentra en medio de la villa y respira tranquilidad. Desde la entrada de piedra se accede a un hall de cómodos rincones de tertulia, que rodean una preciosa corrala interior de madera que comunica con la planta de abajo. Los suelos de baldosas de terracota y la chimenea grande, invitan a refugiarse en los sofás con un buen libro de historia. Me gustaron mucho las vigas de madera del techo que recuerdan a las casas buenas de siempre. Las habitaciones son sencillas y cómodas, y hay dos suites con bañera de hidromasajes. La verdad es que hacía tiempo que no dormía tan profundo…

El salón de desayuno comunica con mi parte favorita de la casa, la terraza integrada en plena naturaleza. Los colores otoñales del jardín decoran el buffet a base de productos frescos de la zona. No tuve ningún problema en disponer amablemente de alternativas sin gluten ni lactosa.

Merece la pena pasear por las calles empedradas de alrededor, donde sobresalen los balcones que hablan solos de la historia de una de las villas más auténticas de nuestra geografía. Se pueden visitar algunas tiendas de artesanía y desde luego, parar a comer los judiones típicos de la zona. De repente, te ves sonriendo sin razón, ya no hay prisa, las manos entran en calor y la vuelta a casa se divisa como una apacible sensación de bienestar, es lo que tiene viajar en el túnel del tiempo y dejarse llevar… Me ha encantado despertarme en otro siglo…

Cuando encontramos el escenario adecuado, provocamos una gran recarga energética. Un plan que nunca falla, una experiencia @rusticae. Ya lo voy entendiendo, cada destino es una aventura, cada noche una parada en el tiempo, cada escapada @rusticae una inversión en salud.

Gracias @hospederiadesantodomingo por vuestra cálida acogida. Gracias @rusticae por movilizar de nuevo mi mejor energía 🙂

#recargarusticae

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