¿Recargas la batería a la mitad o apuras hasta el final?

Si juntamos los estómagos resentidos por excesos de comida durante las fiestas con las listas de propósitos del nuevo año, un 90% de la población con la que me he cruzado las últimas semanas busca dietas drásticas de adelgazamiento. Aayyy …

Hacer una reducción drástica de nutrientes esenciales en pleno mes de Enero es como cortarle la raíz a un árbol. Cuando éste perdió sus hojas en otoño, era una estrategia inteligente de la naturaleza para rentabilizar toda su energía en el interior, preparándose para el invierno. De la misma forma nuestro organismo aprovecha la falta de luz y el frío para acumular esencia y recargar energía interior. ¿Verdad que ahora apetece más que nunca refugiarse bajo una manta, «enraizarse», buscar estados de calma, dormir, o comer los guisos de siempre cocinados a fuego lento?.

Despistarse ahora a nivel energético tiene sus consecuencias en primavera, empezando por los síntomas de astenia y agotamiento. Como si de la batería del móvil se tratara, es ahora cuando debemos “enchufarnos” a unos buenos hábitos nutricionales. No se trata de comer más o menos cantidad de alimentos, ni de apurar nuestras reservas hasta el punto de no poder casi remontar en un par de meses. Se trata de saber elegir adecuadamente lo que uno necesita. Incluso la retención generada por excesos anteriores, se puede corregir con los alimentos adecuados, ayudando al cuerpo a recuperar su equilibrio a todos los niveles (eso incluye la talla ideal de pantalón), sin pasar hambre, con sentido común, nutriendo, reforzando las defensas,  y sobre todo, fabricando “ un depósito” de reserva para nuestro cuerpo de buena calidad.

Los orientales relacionan el invierno con el agua, los riñones, la vejiga, los miedos, la fuerza de voluntad, la iniciativa, los sabores salados, los colores oscuros, las sopas de miso, las semillas con potencial de vida… Por contraste, los occidentales nos aficionamos a los disparates energéticos como alimentarnos a base de ensaladas o zumos verdes tras haber hecho excesos, algo que aporta vitaminas y antioxidantes pero que enfrían, bloquean el metabolismo en invierno y “descargan” la batería… También hacemos cosas como ponernos vaqueros bajos de cadera en pleno mes de Enero,  o reventarnos en el gimnasio cuando apenas queda tiempo ni para dormir ocho horas…

Ejercicios moderados, preferiblemente al aire libre con los riñones bien abrigados, estados de calma, dormir, disfrutar de un buen libro, de reuniones agradables, cultivar energía ayudándose de comidas caseras hechas a fuego lento, con ingredientes naturales, guisos libres de grasa que refuerzan el cuerpo y el espíritu, proteínas de calidad que dan equilibrio, verduras de raíz y sabor dulce, que calman el sistema nervioso, verduras de hoja verde ligeramente cocinadas, que vitaminizan y regulan la flora intestinal, cereales completos que sacian y aportan energía sostenible para todo el día…  Como todo en la vida, recargar bien la “batería” en el momento que toca,  es una cuestión de elección.

#Come lo que necesites para rendir en tu vida  www.mariakindelan.com

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