¿De verdad te apetecen 12 uvas a las 12?

Reconozco que más de un año no me ha apetecido nada tomar uvas a contrarreloj en medio de la digestión de la cena, pero las he tomado por aquello de no tentar a la mala suerte.

Teniendo en cuenta el efecto energético que produce un puñado de uvas en el organismo, es normal que haya opiniones para todos los gustos dependiendo de las características de cada persona, el estado de salud, anímico, lo que se ha cenado antes, el tiempo que ha pasado desde la cena, el tiempo de masticación, etc.

Las uvas son de naturaleza dulce, y como todas las frutas, de energía fría y dispersante. Si además las tomamos con cava, el efecto es todavía más expansivo y desinhibidor. Por las noches suelo buscar alimentos suaves y templados que me relajen, por eso el tema de las uvas de Nochevieja a mí me supone un gran esfuerzo. Sería diferente si las tomase por la mañana, o a las cinco de la tarde, después de una caminata larga, sin presión y reduciendo la cantidad…

Las personas de complexión fuerte, exceso de calor, que cenan mucho, digestiones fáciles y que suelen pasar la madrugada de año nuevo bailando, disfrutan más del efecto energético que les bridan las uvas de Nochevieja, principalmente frescor y activación. A los que tienen una complexión más frágil, estómago delicado, les cuesta dormir o sufren de frío en las extremidades, no les hará tanto favor a esas horas. Horas a las que, todo sea dicho, no deberíamos ingerir alimentos…

Otro tema diferente es el de las propiedades nutricionales de las uvas, son realmente fantásticas en muchos casos, como hipertensión, artritis y agotamiento mental. La uva es la fruta preferida del corazón, a la que se le atribuye un montón de propiedades antioxidantes (especialmente resveratrol en la uva morada), mejora la calidad de sangre, drena el cuerpo impidiendo la retención de líquidos, contiene vitaminas del grupo B, hierro, potasio, ácido fólico y un ácido (elágico) capaz de neutralizar sustancias cancerígenas en el organismo.

Conviene saber también que tomarlas con piel puede tener efecto laxante, y que en las pepitas es donde se concentran en mayor medida sus propiedades antioxidantes. Las uvas tienen fama de ser demasiado “azucaradas”, en realidad sólo contienen un 18% de fructosa, el resto es agua, gran parte de su fibra es insoluble y no pasan de las 70 Kcal.por cien gramos. Sólo en caso de padecer migrañas, sobrepeso, gases, diarreas o cálculos renales es mejor evitarlas.

Conociendo sus efectos ya es decisión de cada uno. Yo creo que a pesar de todo seguiré la tradición esta Nochevieja. Pero esta vez, empezaré la cena con un buen caldo contundente y templado, buscaré uvas moradas, pequeñas, con piel y pepitas y, tras las campanadas, daré grandes abrazos, pediré al año energía para todos y os dedicaré mi mejor baile.

¡Feliz 2017!

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