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Eventos y energías extremas … se come adecuadamente?

Este fin de semana, en el fantástico Grand Prix Special de doma clásica en Chio Aachen 2018 @chio_aachen, he observado emocionada el talento de los mejores jinetes del mundo en esta disciplina y no puedo dejar de estremecerme ante la conexión visible con sus caballos. Pura energía…

 

En teoría todos funcionamos igual orgánicamente, pero cuanto más atención pongo a mi alrededor mejor voy comprendiendo las necesidades y comportamientos energéticos de las personas.

 

En un evento como éste, por el que pasan miles de visitantes al día, se viven durante días los efectos de las emociones extremas, la sorpresa, el júbilo, ruido, calor, alegría, tensión, cansancio… nos rodeamos de vibraciones energéticas rápidas, y por desgracia, también de puestos de comida rápida para saciar los primeros impulsos al menor síntoma de sed y hambre. Y lo sorprendente es que siempre hay colas interminables …

 

La explicación es tan sencilla como que al rodearnos de tanta excitación durante horas, nuestro cuerpo y nuestras emociones piden alimentos de energías contrarias para equilibrarse. Si siento júbilo y nervios, recurro a panes, quesos, harinas o carnes para ralentizar mi vibración energética. Si por el contrario, siento agobio, calor, debilidad o cansancio, recurro a bebidas de cola, helados, zumos, alcohol o azúcares para apaciguar esa sensación. Así funciona nuestra energía en situaciones similares a las de un evento, igual que cuando se pasan unas cuantas horas en un centro comercial.

 

Lo malo es que con tanto impulso inconsciente por “equilibrarnos”, es decir, enfriarnos si hay calor, tomar cafeína o azúcar si hay bajones, etc., provocamos retención de tóxicos en nuestro organismo, malas digestiones, subidas de azúcar en sangre y llegar exhaustos al final del día (incluso sin haber realizado prácticamente ninguna actividad física), y todo porque no hay lugar en ese momento para parar y prestar atención a lo que realmente se necesita.

 

Me llama mucho la atención en un evento como éste, de una calidad, organización y belleza extrema, donde prevalece el respeto y amor por los caballos, y se dan a conocer los mejores piensos ecológicos del mercado (piensos que aseguran una asimilación de nutrientes efectiva, digestiones ligeras, fortalecimiento óseo, muscular, y un máximo rendimiento energético), que no se ofrezca a las personas la posibilidad de alimentarse de forma tan saludable como a ellos.

 

No he parado de encontrarme con puestos de patatas REfritas, salchichas, pizzas, helados, tartas con nata y mermeladas cargadas de azúcar, capucchinos, bebidas carbonatadas de cola, woks de arroz blanco con verduras bañadas en salsas saladas y picantes, y alguna que otra ensalada básica estropeada con quesos, maíz o atunes de no muy buena calidad… como decía, para saciar rápidamente impulsos energéticos de extremo. Una pena, la verdad, pues se entra en un círculo energético vicioso del que es difícil salir si no se entiende ni se presta atención. Y claro, la industria alimenticia lo sabe, y gana mucho dinero gracias a ello. Me sorprende especialmente en un país como Alemania, donde hasta ahora me había encontrado siempre con una gran conciencia ecológica y de respeto por la salud y el medio ambiente.

 

En un mundo ideal, me gustaría poder encontrar en este tipo de eventos ofertas gastronómicas basadas en ingredientes naturales de calidad y de energía sostenible, ecológicos, con tanta calidad como el heno de nuestros queridos caballos de competición, y por qué no, más proteína vegetal, granos enteros, frutos secos sin sal, verduras sin salsas pesadas, y smoothies hechos con frutas enteras y no con zumos embotellados.  Todo un reto con las organizaciones…

 

Para el año que viene, por si acaso, pediré un pase de caballos … 😉

 

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