Disfrutar de comidas y digestiones fuera de casa

Lo primero que debes saber es que no hay dos organismos iguales y, por tanto, no todo vale para todo el mundo. Tu metabolismo y actividad diaria son determinantes.

No obstante, no está de más tener en cuenta algunas consideraciones para lo que nos queda de verano, un tiempo de comidas y cenas frecuentes fuera de casa. A mí me funcionan bien…

  • Igual que no tiene sentido pedir un lenguado en un bar de carretera camino de Ávila, elige propuestas lo más coherentes con la zona donde estés. Alimentos locales y de temporada, lo más frescos posibles.
  • Desconfía de las carnes, huevos y pescados de origen desconocido. Ante la duda, mejor un plato de arroz o pasta.
  • Evita fritos, alimentos procesados, salsas, picantes y camuflajes. Opta por sistemas de cocción simples, que alteren lo mínimo el producto y te permitan reconocer el alimento y saborearlo de verdad.
  • Mezclas difíciles de digerir, no recomendables: almidones con féculas (cereales y patatas, por ejemplo), diferentes proteínas en un mismo menú (pescados y carnes), fruta y legumbres (cuidado con las mezclas de los platos combinados “saludables”), dos legumbres en un mismo plato…
  • El exceso de crudos, especialmente lechuga, es de las cosas que más hinchan y ralentizan el metabolismo. Mejor elige hojas verdes como la rúcula o canónigos y como acompañamiento, no plato único.
  • Nada de usar sal en crudo, y menos si es gorda (¡ojo con las parrilladas, aunque sean de verduras, abusan de la sal gorda!), provocarás una gran retención en tu organismo, si el cocinero no le dio el toque adecuado en cocción, entonces pide un poco de pimienta o hierbas aromáticas como perejil, orégano, eneldo, …
  • Bebe muy poca agua durante las comidas, de lo contrario diluyes jugos gástricos, te hinchas y debilitas la digestión y asimilación de nutrientes. Empezar con sopas o cremas de temporada (sin natas), acompañar los segundos con verduras y terminar con un poleo menta, son buenas opciones para hidratarse lo suficiente. Ya sé, ya sé… estás pensando… qué hay de la cerveza, refresco o copa de vino?? Ya… pero tú no querías volver a casa sin la tripa hinchada?… bueno, una copita de vino tomada con moderación y acompañando una buena carne o pescado podría tolerarse bien.
  • Deja los hidratos de carbono de absorción lenta para el desayuno y comida principal, a no ser que durante la tarde hayas realizado ejercicio y puedas cenar pronto. Entonces, añade a tu menú de la cena un montoncito de arroz, quinoa o patata cocida, antes que pan o azúcares.
  • Recuerda la regla de oro: mejor tomar de todo un poco en cada comida (proteína limpia, carbohidrato completo, verduras de temporada y aceite de oliva virgen extra), que atiborrarse de una sola cosa; con esta regla te saciarás antes, no te hincharás, tu nutrición será completa y evitarás la temida ansiedad al final del día.
  • ¿¿Postres?? Depende del menú, si ha sido muy salado y proteínico, seguramente las ganas de dulce puedan contigo, elige algo sencillo como un sorbete de limón casero sin alcohol o yogur con miel (siempre que no tengas digestiones débiles con sensación de frío interno). La fruta déjala para los tentempiés de tarde, después de comer produce una fermentación incómoda en tu intestino.
  • Come y cena lo más temprano posible. Un truco es pedir mesa al menos una hora antes de lo que harías normalmente, entre que pides, te sirven y empiezas, en verano pueden darte las tantas fácilmente, y ya sabes que tu metabolismo va lento a partir de las 5 de la tarde, todo lo que comas de más en horas tardías se acumulará en forma de reserva energética.
  • Mastica despacio, deja el tenedor en el plato cada vez que cojas algo, habla después de saborear con conciencia cada bocado y pregúntale de vez en cuando a tu estómago a qué nivel está de volumen… para no pasarte del 80%.
  • Si los gases te suelen dar la lata, lleva en el bolso/bolsillo una bolsita de semillas de hinojo, coge una pizca al terminar de comer y mastícalas despacio. Aparte de ser muy digestivas, dejan un sabor anisado en la boca muy agradable.
  • Fortalece cada día la zona abdominal con ejercicios de tonificación y respiración, incluso estando sentado, la digestión se vuelve muy agradecida, comas donde comas.

Seguir estas pautas no sólo evita un vientre hinchado y otras molestias digestivas, y permite un mayor disfrute de las comidas en cualquier sitio, también contribuyen a una mejora energética general, por lo que la vuelta a la rutina tras las vacaciones se hace mucho más llevadera. Todavía estás a tiempo de probarlo.

El “Nutribowl” de la foto está hecho en casa, y es un buen ejemplo de cómo combinar ingredientes y sistemas de cocción, sin atentar contra la digestión, ahora que esta opción gastronómica se ha puesto tan de moda fuera de casa (no todas las mezclas valen … 🧐). A base de ingredientes ecológicos bien cocinados, el bowl lleva: arroz basmati integral, setas shiitake salteadas, brócoli hervido, zanahoria cruda rallada, aguacate, huevo cocido, semillas de sésamo, aceitunas negras naturales, eneldo, limón y AOVE. 

🙂

 

 

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